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LIBRES DE
CRUELDAD
ANIMAL​

historia de la
experimentación
en animales

Los inicios de una practica nefasta

El uso de animales como sustitutos del cuerpo humano en la investigación tiene una larga historia. Mientras que Aristóteles (siglo IV a.e.c.) probablemente solo diseccionara animales muertos, los médicos alejandrinos (siglo III a.e.c.) y el romano Galeno (siglo II e.c.) hicieron experimentos tanto con animales vivos como muertos.

La experimentación animal es hoy una actividad básica de la ciencia médica. A ella se oponen los movimientos pro derechos animales, normalmente fundados en una visión meramente natural del hombre y los animales, que los iguala. También hay oposición desde el punto de vista científico: los resultados de la investigación animal rara vez serían directamente aplicables al hombre. Por contra, los resultados encontrados en los animales son parcialmente aplicables al hombre, y la diferencia cualitativa entre el hombre y el animal es el fundamento que permite la experimentación animal. De estos fundamentos se derivan una serie de normas éticas sobre el trato correcto de los animales de experimentación. Estas normas han sido recogidas también en leyes específicas.

El uso de animales como sustitutos del cuerpo humano en la investigación tiene una larga historia. Mientras que Aristóteles (siglo IV a.e.c.) probablemente solo diseccionara animales muertos, los médicos alejandrinos (siglo III a.e.c.) y el romano Galeno (siglo II e.c.) hicieron experimentos tanto con animales vivos como muertos.

La experimentación moderna con animales empezó en el siglo XVI con Andreas Vesalius y sus colegas italianos. Usaron animales vivos, especialmente perros y cerdos, para demostrar las distintas funciones de los propios animales y, por semejanza, del cuerpo humano.

El primer programa sistemático de experimentación con animales vivos lo llevó a cabo William Harvey. Harvey usó cientos de animales de diferentes especies para demostrar la circulación de la sangre. Muchos después de 1650 siguieron su modelo de investigación, que incluía la vivisección (la intervención quirúrgica de animales vivos).

René Descartes argumentó en el Discurso del método (Discours de la méthode pour bien conduire sa raison, et chercher la vérité dans les sciences,1637) que los animales no tenían intelecto y por lo tanto no podían experimentar el dolor de la misma forma en la que lo hacían los humanos. Esta afirmación fue, y es, muy controvertida, pero muy pocos en el XVII la usaron para justificar la experimentación con animales vivos. De hecho, la mayor parte de los experimentadores estaba convencida de que los animales sí experimentaban dolor, pero predominaba el argumento teológico de que había sido Dios mismo el que había dado en su plan divino una posición relativa a humanos y animales que justificaba el causarles dolor a éstos para beneficio de los reyes de la creación.

La aplicación de un polvo, un labial o una crema sobre la piel puede ser placentero e inofensivo, gracias al sacrificio y a las miles de pruebas de laboratorio a las que son sometidos millones de animales en la industria cosmética y dermatológica para beneficio del ser humano. Estas especies seguramente sufrieron alguna irritación, un salpullido u otra lesión en su piel para proteger la tuya.

Sin exagerar, el tema de la experimentación animal está lejos de tener un final feliz ya que cada año, más de 100 millones de animales -ratas, ratones, ranas, perros, gatos, conejos, hámsters, monos, cerdos de guinea y otros- son asesinados después de pasar por duras pruebas para crear productos de belleza y cuidado personal que no afecten al ser humano, de acuerdo con la organización mundial Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA)

 

El método es simple: Toxicidad de dosis repetidas. Conejos o ratas son forzadas a ingerir o inhalar ingredientes cosméticos, o el ingrediente es aplicado directamente en su piel afeitada, cada día durante 28 o 90 días. La prueba también incluye la sensibilización de la piel (cobayas con su piel afeitada son expuestas a la sustancia, o a través de los oídos de ratas para ver las reacciones alérgicas); o las pruebas de carcinogenecidad (ratas alimentadas durante dos años con las sustancias para ver si produce cáncer). Una vez que estos animales han presentado reacciones todos son muertos, pero el dolor causado mientras fueron sometidos no tiene límite.

“La irritación de la piel o los ojos, sensibilización de la piel (provocar alergias), toxicidad (envenenamiento), mutagenicidad (daño genético), teratogenia (defectos de nacimiento), carcinogenicidad (causar cáncer), daño genético embrionario o fetal, toxicocinética (para estudiar la absorción, metabolización, distribución y excreción de las sustancias químicas)” son los efectos que suelen sufrir estos animales dentro de los laboratorios, de acuerdo con un informe de Anima Naturalis.

En la investigación cosmética es común que experimenten con conejos, cobayas, ratas, ratones, pero también otro tipo de industrias no tiene límites. El 23 de enero concluyó el juicio contra el criadero Green Hill en Italia, mejor conocido por ser el lugar de donde fueron rescatados docenas de perros de raza Beagle que se vendían a laboratorios de vivisección en toda Europa. Algunos de los 3 mil perros que fueron decomisados por la justicia italiana fueron adoptados y permanecieron en casas particulares con nuevos tutores. Tres empleados del criadero recibieron una sentencia de cárcel por casi 2 años y la fábrica fue cerrada.

“Estamos educados para ver a los animales como medios para nuestros fines y en el caso de la experimentación como instrumentos de laboratorios. El perro Beagle, por ejemplo, es utilizado en su mayoría dentro de la industria del tabaco”, explica Dulce Ramírez Islas, vocera de la organización internacional defensora de los derechos de los animales, Igualdad Animal.

Las iniciativas para terminar con las pruebas en animales tienen décadas de existencia. Sin embargo, es en los últimos diez años comenzaron a concretarse y aumentar. Israel, India, Sao Paulo y Nueva Zelanda integran esta lista de países, siendo la Unión Europea la que marcó un hito en esta materia. La legislación actual de la UE prohibió a partir del 2004 las pruebas en animales para cosméticos y desde el 2013 incluyó la prohibición a la comercialización de productos cosméticos que hayan sido probados en animales, por lo que las compañías no pueden presentar datos obtenidos en animales para demostrar la seguridad de sus productos en el ser humano.

Actualmente, Corea del Sur y Australia están en proceso de aprobar prohibiciones, mientras que China está realizando cambios paulatinamente, como no exigir pruebas en animales a algunos cosméticos producidos en el país.

¿Hay método de reemplazo al uso de animales?

Existen numerosos métodos de reemplazo, en aplicación, en proceso de validación y otros en desarrollo. Es importante destacar que buscan ser mejores que el método a reemplazar, ya sea por efectividad, eficiencia y por supuesto, implicaciones éticas.

Actualmente se están utilizando:

  • Pruebas in vitro
  • Cultivos celulares
  • Bacterias, hongos
  • Estudios epidemiológicos
  • Ensayos clínicos
  • Tecnología de imágenes
  • Modelos informáticos
  • Autopsias
  • Recopilación de información

https://www.youtube.com/watch?v=KDCwyfIlKv8


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Libres de crueldad animal por María Sol Vega
Catedra: Multimedia – Departamento de Comunicación 
UNRC – 2019