«Los años pasan pero las pasiones siempre se quedan con uno» dice Elisa Godoy, quien afirma ser una apasionada de la decoración, particularmente ligada al estilo Shabby shic. Elisa vive en Villa Mercedes. Es ama de casa, madre y en su tiempo libre se dedica a las artesanías. Su línea «Como cuento de hadas» ofrece desde bandejas y otros articulos de bazar hasta alajeros y accesorios para el cabello, todos con ese toque shabby que cautiva con sus colores pasteles, flores y encajes.
Sonriente y cálida, Elisa nos abrió las puertas de su hogar y entre tazas de té y cupcakes de vainilla nos contó acerca de su emprendimiento.
¿Hace cuanto realizas artesanías de decoración?
Desde adolescente me gustó darle siempre un toque decorativo a mi casa, con lo que fuese: desde hacer un portaretos a pintar las paredes. Siempre me gustó intervenir en mi casa para que ésta se viera más linda. Cuando fui mamá y tuve mi propio lugar, me dije a mí misma que no contrataría un decorador porque quería hacerlo yo misma. Siempre lo vi como un hobbie hasta que un día una amiga me visitó y le gustaron unos objetos que yo había hecho para decorar mi cocina. Me sugirió crearme una cuenta de Facebook y publicar fotos de lo que yo hacía y empezar a probar suerte. Comenzaron a llegarme pedidos y ahi comencé a vender. Esto fue hace 5 años mas o menos.
¿Recordás como conociste este estilo?
Sí. Fue hace unos años en un documental en Discovery Home and Health. Era de la mujer que «fundó» este estilo y lo bautizó como shabby shic. Esta forma de decorar no es la más cara si uno se propone realizarlo: En EE.UU la mayoría de los muebles y objetos se compran en mercados de pulgas, es decir, ferias que venden cosas usadas y salen muy baratas. Lo que uno hace después con un cofre de madera o un mueble viejo es lo que le da ese toque especial: la pintura, el aspecto añejo, el decoupage, todo está en la creatividad de uno y se pueden lograr grandes cosas. Desde que vi lo que esa mujer hacía con tan poco dinero, me dije a mí misma: «¿Por qué yo no?» Y desde ahí empecé a decorar algunos rincones de mi casa con este estilo y más tarde a vender mis productos.
¿Cómo fue tu experiencia respecto a las ventas?
Empecé publicando fotos en mi Facebook y luego de recibir un par de pedidos, cree una cuenta con el nombre de mi línea. Comencé con productos de este estilo pero solo para niñas y por eso el nombre «Como cuento de hadas». Primero eran muñecas de trapo, móviles y accesorios para el cabello. Luego me animé a más y comencé a trabajar con cofres de madera, bandejas, cuadros, baules y otras cosas. Gracias a Facebook también me conoció gente que organizaba ferias de ventas y exposiciones y me invitaron a participar. He participado en más de 20 ferias y en casi todas he vendido muy bien. En algunas he recibido reconocimientos por mi stand. Realmente me gusta dedicarle tiempo a la presentación de mis trabajos y las ferias no son la excepción: hay que decorar el stand y disponer los productos de tal forma que inviten al cliente a ser vistos.
¿A qué tipo de cliente suelen dirigirse tus productos?
Predominantemente mujeres. Creo que nunca ningún hombre me ha comprado algo, salvo que sea para hacer un regalo, o al menos eso me han dicho (risas). Creo que es un estilo muy femenino pero no por eso no puede decorarse el living de una casa de familia. No es vulgar ni muy llamativo y tiene mucha calidez. Considero que los tonos pasteles le dan alegria a los ambientes pero no de la forma en que lo hacen los colores chillones sino de una manera más pacífica, por decirlo de alguna manera. De todos modos, quienes más consumen mis productos suelen ser mujeres de 30 años en adelante, aunque también hay jovencitas que me piden pantallas de lámparas, cuadros y cofres de madera para decorar sus departamentos. Aman que su lugar tenga un estilo bien marcado y si hay algo que tiene el shabby es eso. No es muy llamativo pero no pasa desapercibido.
¿Trabajas sola en esto o hay una especie de «stuff» en tu marca?
Trabajo sola. Soy muy puntillosa y a cada producto lo pienso de tal forma que creo que solo yo podría plasmar mi idea en el objeto terminado. Obviamente que a veces recibo pedidos con estampas particulares o colores determinados y hago lo que me pide el cliente pero si no, todo es creación propia. En cuanto a las ventas, también me encargo de administrar el dinero que se destina a la compra de más material para seguir produciendo. De la parte del «merchandising» se encarga mi hija: ella toma las fotos, las publica en Facebook y diseña las etiquetas y tarjetas que uso para publicitar la marca.
¿Tenés algún plan a futuro con respecto a este emprendimiento?
Fui mamá hace pocos meses y le confecciono mucha ropa a mi bebé. Mis telas favoritas son estampados liberty (con flores pequeñas) y las puntillas blancas. Tengo la idea de comenzar a vender productos para bebés: portachupetes, baberos, remeritas y también organizadores con bolsillos y otros objetos para decorar la habitación de las bebés. Mi plan es realizar un cierto stock de productos y publicar fotos en unos meses. Lo que sí es más que seguro es que seguiré manteniendo el estilo shabby shic en mi línea.
¿Qué tiene este estilo que te atrapó tanto?
Siempre me gustó el romanticismo que transmiten los tonos pasteles y las rosas y también lo antique: los encajes y los colores desaturados, algo propio del siglo XIX que veia en mis películas favoritas: Orgullo y prejuicio y Mujercitas. Creo que este estilo es una conjunción de esas dos cosas que me gustan. Yo considero que nos agrada un determinado estilo porque, en cierta manera, hay rasgos de eso en los que nos vemos identificados. Soy una romántica desde que tengo memoria.
Fernández, Julieta