La Cámara de Diputados podría sancionar antes de fin de año una ley que prohíba la carrera de galgos en todo el país. Los galgueros se oponen: aseguran que aman a sus perros y piden que la actividad sea regulada, no prohibida. El testimonio de un hombre que lleva cuatrodécadas haciendo correr a sus animales
Ser galguero En el ambiente galguero, Jorge es “Gonzalito”. Con 54 años y 42 de galguero, lleva más de 300 carreras ganadas en diferentes lugares del país y tiene más de 20 perros a su cuidado.
Más bien petizo, de tez morena y muy extrovertido, la experiencia anida en sus arrugas. Cuando habla de sus perros, sus ojos adquieren un brillo especial: “son como mis hijos” dice, emocionado. A las seis de la mañana de un día frío de domingo, Jorge se levanta, toma a la ligera unos mates y sale al patio de su casa en busca de sus galgos. El jardín está colmado
Los carreros vuelven a la calle y los caballos sufren al ser sometidos a tracción a sangre
Luego de que en el 2015 se presentara el proyecto de intercambio de caballos por zootropos, en la actualidad más de 100 mil caballos son sometidos a situación de trabajo y maltrato en centros urbanos del país.
Más de 100 mil caballos son sometidos a situación de trabajo y maltrato en centros urbanos del país, la mayoría de ellos en municipios de la provincia de Buenos Aires, donde se registra un promedio de dos muertes diarias, y la actividad está asociada al trabajo infantil.
Una de las referentes de la organización No más Tracción a Sangre (TAS), Eliana Couso, dijo en declaraciones que «no hay un censo oficial sobre el número de familias con caballos sometidos a tracción a sangre» y sostuvo que «los números surgen a partir de un relevamiento de organizaciones».
«Hicimos una construcción a partir de ONGs de diferentes puntos del país y calculamos que hay más de 100 mil animales en situación de trabajo en la república», expresó la abogada.
En ese sentido, afirmó que a raíz del maltrato «se registra un promedio de dos muertes de esos animales por día sólo en la provincia de Buenos Aires». «Los centros urbanos más comprometidos por la tracción a sangre son la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Salta», manifestó, y expresó que «en Salta el intendente está intentando hacer cumplir la ordenanza que prohíbe la TAS desde 2010».
Couso afirmó que los distritos bonaerenses «donde más se registra tracción a sangre animal y maltrato son La Matanza, Quilmes y La Plata». «En Quilmes hay una ordenanza municipal que prohíbe la TAS desde 2012 y no se cumple. En La Plata hay una ordenanza desde la década del 60 contra la TAS y tampoco se cumple», advirtió. La referente sostuvo que «hay una federación de carreros que reclama por sus derechos» y explicó que «lo que nosotros queremos es que todos sigan trabajando, pero mediante la sustitución de animales por otros medios».
«Las ciudades no son aptas para que los caballos sigan circulando como parte del tránsito, con ruido y a veces involucrados en accidentes viales», advirtió. Asimismo, explicó que en la ciudad de Buenos Aires «está prohibida la TAS, pero se ven carros tirados por caballos. Los funcionarios dicen que vienen desde Lanús y Avellaneda».
«Deberían controlar y, de oficio, pararlos. Si hay maltrato animal, es un delito que está penado por la ley de Protección Animal 14.346 y tienen que aplicarla», advirtió. La referente de No más Tracción a Sangre afirmó que la organización, que participó en la elaboración del proyecto de ley que se encuentra en la Cámara de Diputados para prohibir la actividad, busca «una ley nacional».
«La realidad demuestra que los municipios por más esfuerzos que hagan terminan necesitando el apoyo de la provincia o de la Nación para implementar un plan sustentable para el mercado formal y sustitución de los animales», afirmó.
En ese sentido, precisó que «los caballos, burros y mulas son sometidos a tracción a sangre en los centros urbanos y queremos que sean sustituidos por vehículos motocarros o zootropos». «Queremos una ley nacional para que haya política pública en la materia», sostuvo.
Asimismo, advirtió que «la tracción a sangre animal está vinculada con el trabajo infantil, porque con frecuencia los niños van arriba y conducen los carros, con frecuencia solos, pero parece que la policía no los ve».
«Ellos hacen trabajos de recolección de residuos sólidos urbanos y flete», afirmó, y advirtió la importancia de «prevenir las enfermedades que derivan de la actividad laboral precaria por estar expuestos a residuos peligrosos e incluso patógenos».
La organización impulsa la creación de granjas/huertas orgánicas para alojar a los equinos que son sustituidos y la prohibición de la tracción a sangre después de cuatro años de sancionada la norma.
ADOPTÁ, NO COMPRES
Trata a los animales como te gustaría ser tratado, ¡no los abandones! No son juguetes a los que puedas tirar sin más El amor de una mascota es incondicional y en este espacio te proporcionamos informacion sobre las distintas perreras en la ciudad para que adoptes y puedas darle un mundo mejor y lleno de amor a un animal callejero9
Página web creada para la cátedra Multimedia, de la carrera Comunicación Social. Universidad Nacional de Río Cuarto
Ines Cantaruti, es terapeuta floral y por su estrecha relación con la naturaleza destaca la importancia de volver a lo natural, de elegir cosméticos y productos que sean amigables con la naturaleza vegetal y animal.
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Antes de que un producto cosmético o de belleza esté disponible para el uso humano, debe pasar por una serie de procesos, entre ellos, la evaluación de la seguridad de los componentes y/o producto final. Esto es para garantizar que no representará un riesgo para la salud humana. Para comprobar esta seguridad se realizan experimentos en animales como redores, conejos, cobayos y otros animales.
UNA SOCIEDAD SIN CRUELDAD
Ser parte de una cultura sin crueldad incluye tomar decisiones acerca de la ropa que usas y los productos que consumes diariamente. Puede hacer una gran diferencia para los animales simplemente al cambiar la marca de shampoo, escoger un desodorante nuevo o elegir materiales sintéticos en lugar de aquellos hechos de piel o seda.
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La experimentación en animales para la industria cosmética se considera una de las formas más crueles de explotación animal. Los animales, principalmente conejos y cobayos, son sometidos a pruebas extremadamente dolorosas, estresantes e invasivas, totalmente innecesarias, ya que en la actualidad existen diversas alternativas y tecnología que no requieren el uso de animales.
Una de las pruebas más comunes es el test de Draize, el cual se realiza desde hace más de 45 años. Consiste en aplicar a los animales (regularmente conejos), las sustancias a testear directamente en los ojos por siete días. Muchos de ellos quedan ciegos luego de estas pruebas, y al finalizar los estudios todos son sacrificados. LEER MAS…
El uso de animales como sustitutos del cuerpo humano en la investigación tiene una larga historia. Mientras que Aristóteles (siglo IV a.e.c.) probablemente solo diseccionara animales muertos, los médicos alejandrinos (siglo III a.e.c.) y el romano Galeno (siglo II e.c.) hicieron experimentos tanto con animales vivos como muertos.
La experimentación animal es hoy una actividad básica de la ciencia médica. A ella se oponen los movimientos pro derechos animales, normalmente fundados en una visión meramente natural del hombre y los animales, que los iguala. También hay oposición desde el punto de vista científico: los resultados de la investigación animal rara vez serían directamente aplicables al hombre. Por contra, los resultados encontrados en los animales son parcialmente aplicables al hombre, y la diferencia cualitativa entre el hombre y el animal es el fundamento que permite la experimentación animal. De estos fundamentos se derivan una serie de normas éticas sobre el trato correcto de los animales de experimentación. Estas normas han sido recogidas también en leyes específicas.
El uso de animales como sustitutos del cuerpo humano en la investigación tiene una larga historia. Mientras que Aristóteles (siglo IV a.e.c.) probablemente solo diseccionara animales muertos, los médicos alejandrinos (siglo III a.e.c.) y el romano Galeno (siglo II e.c.) hicieron experimentos tanto con animales vivos como muertos.
La experimentación moderna con animales empezó en el siglo XVI con Andreas Vesalius y sus colegas italianos. Usaron animales vivos, especialmente perros y cerdos, para demostrar las distintas funciones de los propios animales y, por semejanza, del cuerpo humano.
El primer programa sistemático de experimentación con animales vivos lo llevó a cabo William Harvey. Harvey usó cientos de animales de diferentes especies para demostrar la circulación de la sangre. Muchos después de 1650 siguieron su modelo de investigación, que incluía la vivisección (la intervención quirúrgica de animales vivos).
René Descartes argumentó en el Discurso del método (Discours de la méthode pour bien conduire sa raison, et chercher la vérité dans les sciences,1637) que los animales no tenían intelecto y por lo tanto no podían experimentar el dolor de la misma forma en la que lo hacían los humanos. Esta afirmación fue, y es, muy controvertida, pero muy pocos en el XVII la usaron para justificar la experimentación con animales vivos. De hecho, la mayor parte de los experimentadores estaba convencida de que los animales sí experimentaban dolor, pero predominaba el argumento teológico de que había sido Dios mismo el que había dado en su plan divino una posición relativa a humanos y animales que justificaba el causarles dolor a éstos para beneficio de los reyes de la creación.
La aplicación de un polvo, un labial o una crema sobre la piel puede ser placentero e inofensivo, gracias al sacrificio y a las miles de pruebas de laboratorio a las que son sometidos millones de animales en la industria cosmética y dermatológica para beneficio del ser humano. Estas especies seguramente sufrieron alguna irritación, un salpullido u otra lesión en su piel para proteger la tuya.
Sin exagerar, el tema de la experimentación animal está lejos de tener un final feliz ya que cada año, más de 100 millones de animales -ratas, ratones, ranas, perros, gatos, conejos, hámsters, monos, cerdos de guinea y otros- son asesinados después de pasar por duras pruebas para crear productos de belleza y cuidado personal que no afecten al ser humano, de acuerdo con la organización mundial Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA)
El método es simple: Toxicidad de dosis repetidas. Conejos o ratas son forzadas a ingerir o inhalar ingredientes cosméticos, o el ingrediente es aplicado directamente en su piel afeitada, cada día durante 28 o 90 días. La prueba también incluye la sensibilización de la piel (cobayas con su piel afeitada son expuestas a la sustancia, o a través de los oídos de ratas para ver las reacciones alérgicas); o las pruebas de carcinogenecidad (ratas alimentadas durante dos años con las sustancias para ver si produce cáncer). Una vez que estos animales han presentado reacciones todos son muertos, pero el dolor causado mientras fueron sometidos no tiene límite.
“La irritación de la piel o los ojos, sensibilización de la piel (provocar alergias), toxicidad (envenenamiento), mutagenicidad (daño genético), teratogenia (defectos de nacimiento), carcinogenicidad (causar cáncer), daño genético embrionario o fetal, toxicocinética (para estudiar la absorción, metabolización, distribución y excreción de las sustancias químicas)” son los efectos que suelen sufrir estos animales dentro de los laboratorios, de acuerdo con un informe de Anima Naturalis.
En la investigación cosmética es común que experimenten con conejos, cobayas, ratas, ratones, pero también otro tipo de industrias no tiene límites. El 23 de enero concluyó el juicio contra el criadero Green Hill en Italia, mejor conocido por ser el lugar de donde fueron rescatados docenas de perros de raza Beagle que se vendían a laboratorios de vivisección en toda Europa. Algunos de los 3 mil perros que fueron decomisados por la justicia italiana fueron adoptados y permanecieron en casas particulares con nuevos tutores. Tres empleados del criadero recibieron una sentencia de cárcel por casi 2 años y la fábrica fue cerrada.
“Estamos educados para ver a los animales como medios para nuestros fines y en el caso de la experimentación como instrumentos de laboratorios. El perro Beagle, por ejemplo, es utilizado en su mayoría dentro de la industria del tabaco”, explica Dulce Ramírez Islas, vocera de la organización internacional defensora de los derechos de los animales, Igualdad Animal.
Las iniciativas para terminar con las pruebas en animales tienen décadas de existencia. Sin embargo, es en los últimos diez años comenzaron a concretarse y aumentar. Israel, India, Sao Paulo y Nueva Zelanda integran esta lista de países, siendo la Unión Europea la que marcó un hito en esta materia. La legislación actual de la UE prohibió a partir del 2004 las pruebas en animales para cosméticos y desde el 2013 incluyó la prohibición a la comercialización de productos cosméticos que hayan sido probados en animales, por lo que las compañías no pueden presentar datos obtenidos en animales para demostrar la seguridad de sus productos en el ser humano.
Actualmente, Corea del Sur y Australia están en proceso de aprobar prohibiciones, mientras que China está realizando cambios paulatinamente, como no exigir pruebas en animales a algunos cosméticos producidos en el país.
¿Hay método de reemplazo al uso de animales?
Existen numerosos métodos de reemplazo, en aplicación, en proceso de validación y otros en desarrollo. Es importante destacar que buscan ser mejores que el método a reemplazar, ya sea por efectividad, eficiencia y por supuesto, implicaciones éticas.
Ser parte de una cultura sin crueldad incluye tomar decisiones acerca de la ropa que usas y los productos que consumes diariamente. Puede hacer una gran diferencia para los animales simplemente al cambiar la marca de shampoo, escoger un desodorante nuevo o elegir materiales sintéticos en lugar de aquellos hechos de piel o seda.
Historia de la experimentación en animales
Los inicios de una practica nefasta
El uso de animales como sustitutos del cuerpo humano en la investigación tiene una larga historia. Mientras que Aristóteles (siglo IV a.e.c.) probablemente solo diseccionara animales muertos, los médicos alejandrinos (siglo III a.e.c.) y el romano Galeno (siglo II e.c.) hicieron experimentos tanto con animales vivos como muertos. Leer mas…
Volviendo a lo natural
Ines Cantaruti, es terapeuta floral y por su estrecha relación con la naturaleza destaca la importancia de volver a lo natural, de elegir cosméticos y productos que sean amigables con la naturaleza vegetal y animal.
Antes de que un producto cosmético o de belleza esté disponible para el uso humano, debe pasar por una serie de procesos, entre ellos, la evaluación de la seguridad de los componentes y/o producto final. Esto es para garantizar que no representará un riesgo para la salud humana. Para comprobar esta seguridad se realizan experimentos en animales como redores, conejos, cobayos y otros animales.
La historia de la experimentación con animales se remonta a los escritos de los griegos en los siglos 4 y 3 antes de Cristo, Estando entre los primeros en realizar experimentos en animales vivos Aristóteles (384-322 aC) y Erasistrato (304-258 aC).1 Galeno, médico romano del siglo II, disecaba a cerdos y cabras vivas, por lo que es conocido como el «padre de la vivisección
La experimentación en animales para la industria cosmética se considera una de las formas más crueles de explotación animal. Los animales, principalmente conejos y cobayos, son sometidos a pruebas extremadamente dolorosas, estresantes e invasivas, totalmente innecesarias, ya que en la actualidad existen diversas alternativas y tecnología que no requieren el uso de animales.
Una de las pruebas más comunes es el test de Draize, el cual se realiza desde hace más de 45 años. Consiste en aplicar a los animales (regularmente conejos), las sustancias a testear directamente en los ojos por siete días. Muchos de ellos quedan ciegos luego de estas pruebas, y al finalizar los estudios todos son sacrificados. LEER MAS…