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GORDOFOBIA
¿una fobia?

El blog de una plus size

Tuvimos un diálogo con Micaela Gambero. Ella tiene 22 años y cuida niños desde hace cuatro. Recientemente se convirtió en una referente riocuartense en tema de gordofobia, y actualmente se destaca en las redes sociales por sus publicaciones referidas a esta temática.

¿Cómo fue que empezaste con la movida del #StopGordofobia? ¿Qué te llevó a volcarte por ese tema y no por otro? ¿Por qué Instagram?

Desde pequeña sufro de obesidad y por eso me tocó lidiar con todo el rollo de la discriminación. Discriminación no sólo en el colegio, sino que también en mi familia y en la sociedad en general.
Además, padezco de TAG (Trastorno de Ansiedad Generalizada), tengo ataques de pánico y durante mucho tiempo padecí de fobia social y agorafobia. El convivir con estos trastornos me llevó a tener un muy bajo autoestima y mucha inseguridad de mí misma, a tal punto de no querer salir de mi casa. 

Con el tiempo, un recital de una banda que me gusta ayudó a que mi fobia social desapareciera y me cuestione el por qué me estaba privando de vivir mi vida por miedo a lo que el resto piense. 

En ese transcurso conoci a Magda Piñeyro, filosofa feminista uruguaya y  co-fundadora de Stop Gordofobia, una plataforma que defiende la revolución de los cuerpos no normativos (cuerpos diversos). 
Empecé a informarme y me gustó saber que mi cuerpo valía en esta sociedad, sólo que no estaba bien visto. Y ahí fue cuando me di cuenta de que en eso tenia que trabajar. Necesitaba hacer algo al respecto, y así nació en mi perfil #Stopgordofobia. 

No es apología a la obesidad, es aprender a respetar los cuerpos como son, buscar igualdad y equidad para nosotros y el resto.

Elegi instagram como plataforma virtual ya que se puede alcanzar más fácilmente a las personas, no hay tanta privacidad y se puede hablar de temas diversos con personas que quizá nunca haya visto, pero piensa igual. 
Arranqué en agosto del 2018 con una dinámica en la que había que subir una foto mostrando cuerpo entero usando el hashtag #stopgordofobia y etiquetándome. Así fue que recibí algunas fotos de personas que no conocía. Me frustré al ver que no cumplía con mis expectativas; lo imaginé a lo grande y sólo 8 personas participaron, entonces lo dejé de lado y sólo empecé a compartir cosas sobre gordofobia, sin hacer participar a nadie.

Estuve desde noviembre a abril con otros proyectos en mi vida, totalmente contrarios a lo que era este movimiento. Milité en política, y en una entrevista en una radio comenté sobre lo que era mi lucha como persona y nombré este tan insistente Stopgordofobia. 
El locutor me pidió que vaya otro día sola a hablar de qué trataba esto, y fue ahí cuando decidí armar algo para empezar a evolucionar y que conozcan esta lucha que no es solo mía, sino que también de muchxs otrxs. 

Empecé en Instagram a buscar gente, escribiendo una por una para ver si aceptaban a hacer algo por esto. Mientras muchos me decían que sí, otros tantos me dijeron que no. A su vez, iba pensando qué podía hacer y que nos pudiera involucrar a todos.
Inicié un grupo de whatsapp de cuatro personas, conmigo eran cinco. Pensé en buscar dos más y hacer la «semana stopgordofobia”; esto consistía en que cada día tenía que subir un video de una persona diferente, contando alguna experiencia gordofóbica y/o apoyando el movimiento. Fue tan fuerte esta vez la llegada al público, que al tercer día de la semana ya tenia más de 12 videos para subir. En el chat ya éramos 20 y empezó a ser una locura. 
Hay chicas de Argentina, Mexico, España, Colombia y Costa Rica. También hombres que se animaron a dar su testimonio y periodistas de esos lugares, que me acompañan. Hoy somos una familia. Hablamos de todo y estamos constantemente buscando gente para ayudar. 
Tenemos proyectos que queremos concretar ya que hay diferentes países unidos, y seguir con esto más que nunca. Hoy somos 30 personas, más de 20 videos subidos y personas de Río Cuarto y la zona participando, incluso periodistas y locutores conocidos apoyando la causa.

Así fue que la «semana stopgordofobia» se convirtió en el «mes stopgordofobia», que abarca todo junio.

Tenés un blog que se denomina “el blog de una plus size”, ¿por qué ese nombre? ¿qué tipo de contenido desarrollás? ¿qué es lo que intentás reflejar, qué es lo que querés promover a través tanto del blog como de la movida que realizás por Instagram?

El blog nació conjuntamente con el movimiento en Instagram. Busqué un nombre que no diga GORDO, GORDA, OBESO, OBESA. Plus size me gusta, talle grande. Eso es lo que soy en realidad. El blog es como un diario íntimo donde cuento situaciones que yo he pasado, pero a veces cambiando los nombres de los personajes y agregándole algo de ficción. Pero todo es cierto. De alguna u otra manera, mostrar lo que pasa en mi vida como persona de “talle grande” que soy, como por ejemplo en situaciones con personas diferentes a mi, en el amor, en las compras de ropa y así. 

En cambio, con el movimiento stopgordofobia, intento promover el amor y el respeto hacia uno mismo, es lo que somos. Nos tenemos que aceptar, querer y aprender a convivir con esto. Y un poco enseñarle al resto que también somos personas. ​

¿Qué es la gordofobia? ¿Lo que hacés lo podés ubicar dentro del denominado “activismo gordo? Es decir, ¿te considerás parte de ese movimiento dentro de la ciudad? ¿Formás parte activamente de algún grupo activista en la ciudad?

El término gordofobia no existe para la RAE, partamos desde ahí. Es el rechazo y discriminación a la gordura, la promoción de cánones de belleza asociados a la delgadez en medios de comunicación. Esto suele repercutir más en mujeres que en hombres, pero eso no quiere decir que no exista en ellos. 

No me considero activista gorda, pero sí lucho por lo que nos pertenece. No voy a salir a la calle a pintar paredes o a hacer quilombo. El activismo en Argentina es muy quilombero, yo de esa forma no me siento cómoda.

¿Cómo ves la gordofobia en Río Cuarto? ¿Qué considerás que es lo que hay que cambiar en un principio ante esta problemática? ¿Qué cosas, actitudes, hábitos manifiestan gordofobia?

Río Cuarto para mi es un pueblo grande, donde hay temas que aún no están tan involucrados en la sociedad, como la comunidad gay por ejemplo. Y la gordofobia es algo que está constantemente. Me ha pasado de ir caminando y que se rían, me griten cosas… incluso cuando fui a una clínica de la ciudad a acompañar a un familiar, el médico – sin conocerme – me preguntó si yo tenía novio, a lo que le respondí que no. Me contestó que se notaba, que por qué no pensaba en bajar de peso. Son cosas que para la sociedad son comunes, pero a nosotrxs nos afectan. No vamos a llegar a casa y llorar, o quizá si. Pero va más allá. El respeto. 

Para mí, para cambiar esto, hay que empezar con los más chicos, y quizás dar charlas en escuelas, o armar un grupo como el de ALCO, pero para personas que decidimos estar gordas y nos aceptamos así. No tenemos apoyo, nos tratan como epidemia. Y eso tiene que cambiar. 

La gordofobia está siempre, desde lo más básico a lo maá complejo. Es ir a buscar trabajo y que por tu “físico” no quedes. Es pagar un pasaje de avión doble por que te dan dos asientos. Es que te miren con otra cara en la calle, es que se rían, es que no se quieran juntar con vos por tener más peso que el resto, como si fuera contagioso. Es que nos victimicen, y quieran defendernos como si nosotros no pudiéramos. Gordofobia es que en una vidriera diga “Talles especiales” cuando lo único especial que debería existir son las pizzas, no un talle. 

¿Alguna reflexión que quieras dejar?

El problema de muchas de las personas con sobrepeso es que no quieren estar donde están, pero tampoco saben precisar cuál es ese lugar, y no lo saben precisar porque cada vez que levantan la cabeza reciben un golpe en la nuca que los hace volver la mirada hacia el suelo. Ese es el lugar de la opresión, del desafecto, de la no aceptación. Es un lugar frío y oscuro donde se nos condena al exilio, a la soledad, donde recibimos trato de delincuentes. 

Descubrir que la gordofobia era real y llamarla por su nombre, poder decir abiertamente que se trataba de una forma de opresión fue el primer paso para poder mirar a nuestros cuerpos de manera diferente. Este descubrimiento fue tan importante para nosotrxs que nos alteró, transformó y nos descubrió un mundo repleto de posibilidades en el que por primera vez éramos lxs protagonistas; había llegado el momento de estar, de disfrutar, de mirarse y de dejar de vivir a pesar de nuestro cuerpo, pero sobretodo amarse y respetarse.


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