Stop gordofobia

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GORDOFOBIA
¿una fobia?

STOP gordofobia

STOP Gordofobia es una página para personas críticas con los cánones de belleza establecidos, contra los cuerpos ideales, contra la tiranía de la estética… en definitiva, contra todo aquello que atente a la diversidad corporal.
Es un lugar de encuentro para todo tipo de personas independientemente de cualquier individualidad (etnia, género, orientación sexual, identidad de género, religión, etc.). Es un espacio de debate, de intercambio de opiniones, de saberes y experiencias, un espacio de aprendizaje y, sobretodo, de empoderamiento personal y colectivo.

STOP Gordofobia pretende aliviar un poco ese yugo no sólo visibilizando la realidad de las personas excluidas de ese sistema de opresión que es la belleza dándole voz a sus vivencias y reivindicaciones, sino también respondiendo ante la gordofobia del sistema a través de la creación de discurso, argumentos, habilidades y otras herramientas que nos sirvan para empoderarnos individual y colectivamente y, lo más importante, para lograr vivir una vida digna de ser vivida.

Desde STOP Gordofobia hacen un llamado a la rebelión de las personas gordas, las animan a visibilizarse, a asociarse y a participar en el proceso de construcción de un movimiento que pueda hacer frente a uno de los más voraces brazos del capitalismo: la belleza.



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A continuación adjuntamos algunas entrevistas a una de las cofundadoras de la página

Magdalena Piñeyro

«La gordofobia es algo que se va metiendo en nuestras mentes desde muy pequeños»

¿Puede una persona estar gorda y ser saludable? Magdalena Piñeyro nos muestra cómo la discriminación gordófoba va más allá de una mera cuestión de salud.


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Magdalena Piñeyro

La gordofobia existe, está extendida y es muy cruel: «Me han gritado ‘gorda’ desde un coche»

La gordofobia, el rechazo hacia las personas con sobrepeso, se manifiesta muchas veces en forma dediscriminación e insultos. “A mí me ha pasado de ir caminando por la calle y que alguien me insulte por gorda. Me han llegado a gritar ‘gorda’ desde un coche y, en otra ocasión, al pasar por encima de una rejilla que había en el suelo, un señor mayor me dijo ‘gorda, no pases por ahí que lo vas a romper’”, nos cuenta Magda Piñeyro, cofundadora de la plataforma Stop Gordofobia.


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Año 2019

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¿Qué es?

Es la ley que establece que las obras sociales regidas por leyes nacionales y las entidades de medicina prepaga deberán brindar obligatoriamente determinadas prestaciones relacionadas con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto, incorporándose las mismas al Programa Médico Obligatorio. 

Es de aplicación tanto al ámbito público como privado de la atención de la salud en el territorio de la Nación.

Protege los derechos de los padres y de la persona recién nacida.

Derecho de toda mujer en el trabajo de parto, parto y postparto

A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas.

A ser tratada con respeto, y de modo individual y personalizado que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales.

A ser considerada, en su situación respecto del proceso de nacimiento, como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.

Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer.

A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales.

A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación, salvo consentimiento manifestado por escrito bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.

A estar acompañada, por una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, parto y postparto.

A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.

A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar.

A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña.

Derechos del bebé

A ser tratada en forma respetuosa y digna.
A su inequívoca identificación.
A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o docencia, salvo consentimiento, manifestado por escrito de sus representantes legales, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
A la internación conjunta con su madre en sala, y a que la misma sea lo más breve posible, teniendo en consideración su estado de salud y el de aquélla.
A que sus padres reciban adecuado asesoramiento e información sobre los cuidados para su crecimiento y desarrollo, así como de su plan de vacunación.

Derechos de el padre y la madre de la persona recién nacida en situación de riesgo

A recibir información comprensible, suficiente y continuada, en un ambiente adecuado, sobre el proceso o evolución de la salud de su hijo o hija, incluyendo diagnóstico, pronóstico y tratamiento.
A tener acceso continuado a su hijo o hija mientras la situación clínica lo permita, así como a participar en su atención y en la toma de decisiones relacionadas con su asistencia.
A prestar su consentimento manifestado por escrito para cuantos exámenes o intervenciones se quiera someter al niño o niña con fines de investigación, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
A que se facilite la lactancia materna de la persona recién nacida siempre que no incida desfavorablemente en su salud.
A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados especiales del niño o niña.

Cuando alguno de estos derechos no se cumplen, el personal de salud ejerce  violencia obstétrica. Según la ley, la es aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales. Se considera trato deshumanizado al trato cruel, deshonroso, descalificador, humillante o amenazante ejercido por el personal de salud en el contexto de la atención del embarazo, parto y postparto, ya sea a la mujer o al/la recién nacido/a, así como en la atención de complicaciones de abortos naturales o provocados, sean punibles o no

¿Qué hacer si sufrí violencia obstétrica?

Para denunciar y prevenir en la violencia obstétrica (intervenir en los casos en que las instituciones se nieguen a cumplir con la Ley de Parto Respetado), recurrir a los siguientes organismos:

CONSAVIG (Área de asuntos de género del Ministerio de Justicia de la Nación): consavig@jus.gov.ar/ Tel. 011 5300-4000 Int. 76633

Defensoría del Pueblo de la Nación: oficina_genero@defensor.gob.ar/ Tel. 0810-333-3762 ó 011-4819-1671 

También cuentan con la línea gratuita del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos 0800 122 5872 para hacer visible su situación.

 

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GORDOFOBIA
¿una fobia?

El blog de una plus size

Tuvimos un diálogo con Micaela Gambero. Ella tiene 22 años y cuida niños desde hace cuatro. Recientemente se convirtió en una referente riocuartense en tema de gordofobia, y actualmente se destaca en las redes sociales por sus publicaciones referidas a esta temática.

¿Cómo fue que empezaste con la movida del #StopGordofobia? ¿Qué te llevó a volcarte por ese tema y no por otro? ¿Por qué Instagram?

Desde pequeña sufro de obesidad y por eso me tocó lidiar con todo el rollo de la discriminación. Discriminación no sólo en el colegio, sino que también en mi familia y en la sociedad en general.
Además, padezco de TAG (Trastorno de Ansiedad Generalizada), tengo ataques de pánico y durante mucho tiempo padecí de fobia social y agorafobia. El convivir con estos trastornos me llevó a tener un muy bajo autoestima y mucha inseguridad de mí misma, a tal punto de no querer salir de mi casa. 

Con el tiempo, un recital de una banda que me gusta ayudó a que mi fobia social desapareciera y me cuestione el por qué me estaba privando de vivir mi vida por miedo a lo que el resto piense. 

En ese transcurso conoci a Magda Piñeyro, filosofa feminista uruguaya y  co-fundadora de Stop Gordofobia, una plataforma que defiende la revolución de los cuerpos no normativos (cuerpos diversos). 
Empecé a informarme y me gustó saber que mi cuerpo valía en esta sociedad, sólo que no estaba bien visto. Y ahí fue cuando me di cuenta de que en eso tenia que trabajar. Necesitaba hacer algo al respecto, y así nació en mi perfil #Stopgordofobia. 

No es apología a la obesidad, es aprender a respetar los cuerpos como son, buscar igualdad y equidad para nosotros y el resto.

Elegi instagram como plataforma virtual ya que se puede alcanzar más fácilmente a las personas, no hay tanta privacidad y se puede hablar de temas diversos con personas que quizá nunca haya visto, pero piensa igual. 
Arranqué en agosto del 2018 con una dinámica en la que había que subir una foto mostrando cuerpo entero usando el hashtag #stopgordofobia y etiquetándome. Así fue que recibí algunas fotos de personas que no conocía. Me frustré al ver que no cumplía con mis expectativas; lo imaginé a lo grande y sólo 8 personas participaron, entonces lo dejé de lado y sólo empecé a compartir cosas sobre gordofobia, sin hacer participar a nadie.

Estuve desde noviembre a abril con otros proyectos en mi vida, totalmente contrarios a lo que era este movimiento. Milité en política, y en una entrevista en una radio comenté sobre lo que era mi lucha como persona y nombré este tan insistente Stopgordofobia. 
El locutor me pidió que vaya otro día sola a hablar de qué trataba esto, y fue ahí cuando decidí armar algo para empezar a evolucionar y que conozcan esta lucha que no es solo mía, sino que también de muchxs otrxs. 

Empecé en Instagram a buscar gente, escribiendo una por una para ver si aceptaban a hacer algo por esto. Mientras muchos me decían que sí, otros tantos me dijeron que no. A su vez, iba pensando qué podía hacer y que nos pudiera involucrar a todos.
Inicié un grupo de whatsapp de cuatro personas, conmigo eran cinco. Pensé en buscar dos más y hacer la «semana stopgordofobia”; esto consistía en que cada día tenía que subir un video de una persona diferente, contando alguna experiencia gordofóbica y/o apoyando el movimiento. Fue tan fuerte esta vez la llegada al público, que al tercer día de la semana ya tenia más de 12 videos para subir. En el chat ya éramos 20 y empezó a ser una locura. 
Hay chicas de Argentina, Mexico, España, Colombia y Costa Rica. También hombres que se animaron a dar su testimonio y periodistas de esos lugares, que me acompañan. Hoy somos una familia. Hablamos de todo y estamos constantemente buscando gente para ayudar. 
Tenemos proyectos que queremos concretar ya que hay diferentes países unidos, y seguir con esto más que nunca. Hoy somos 30 personas, más de 20 videos subidos y personas de Río Cuarto y la zona participando, incluso periodistas y locutores conocidos apoyando la causa.

Así fue que la «semana stopgordofobia» se convirtió en el «mes stopgordofobia», que abarca todo junio.

Tenés un blog que se denomina “el blog de una plus size”, ¿por qué ese nombre? ¿qué tipo de contenido desarrollás? ¿qué es lo que intentás reflejar, qué es lo que querés promover a través tanto del blog como de la movida que realizás por Instagram?

El blog nació conjuntamente con el movimiento en Instagram. Busqué un nombre que no diga GORDO, GORDA, OBESO, OBESA. Plus size me gusta, talle grande. Eso es lo que soy en realidad. El blog es como un diario íntimo donde cuento situaciones que yo he pasado, pero a veces cambiando los nombres de los personajes y agregándole algo de ficción. Pero todo es cierto. De alguna u otra manera, mostrar lo que pasa en mi vida como persona de “talle grande” que soy, como por ejemplo en situaciones con personas diferentes a mi, en el amor, en las compras de ropa y así. 

En cambio, con el movimiento stopgordofobia, intento promover el amor y el respeto hacia uno mismo, es lo que somos. Nos tenemos que aceptar, querer y aprender a convivir con esto. Y un poco enseñarle al resto que también somos personas. ​

¿Qué es la gordofobia? ¿Lo que hacés lo podés ubicar dentro del denominado “activismo gordo? Es decir, ¿te considerás parte de ese movimiento dentro de la ciudad? ¿Formás parte activamente de algún grupo activista en la ciudad?

El término gordofobia no existe para la RAE, partamos desde ahí. Es el rechazo y discriminación a la gordura, la promoción de cánones de belleza asociados a la delgadez en medios de comunicación. Esto suele repercutir más en mujeres que en hombres, pero eso no quiere decir que no exista en ellos. 

No me considero activista gorda, pero sí lucho por lo que nos pertenece. No voy a salir a la calle a pintar paredes o a hacer quilombo. El activismo en Argentina es muy quilombero, yo de esa forma no me siento cómoda.

¿Cómo ves la gordofobia en Río Cuarto? ¿Qué considerás que es lo que hay que cambiar en un principio ante esta problemática? ¿Qué cosas, actitudes, hábitos manifiestan gordofobia?

Río Cuarto para mi es un pueblo grande, donde hay temas que aún no están tan involucrados en la sociedad, como la comunidad gay por ejemplo. Y la gordofobia es algo que está constantemente. Me ha pasado de ir caminando y que se rían, me griten cosas… incluso cuando fui a una clínica de la ciudad a acompañar a un familiar, el médico – sin conocerme – me preguntó si yo tenía novio, a lo que le respondí que no. Me contestó que se notaba, que por qué no pensaba en bajar de peso. Son cosas que para la sociedad son comunes, pero a nosotrxs nos afectan. No vamos a llegar a casa y llorar, o quizá si. Pero va más allá. El respeto. 

Para mí, para cambiar esto, hay que empezar con los más chicos, y quizás dar charlas en escuelas, o armar un grupo como el de ALCO, pero para personas que decidimos estar gordas y nos aceptamos así. No tenemos apoyo, nos tratan como epidemia. Y eso tiene que cambiar. 

La gordofobia está siempre, desde lo más básico a lo maá complejo. Es ir a buscar trabajo y que por tu “físico” no quedes. Es pagar un pasaje de avión doble por que te dan dos asientos. Es que te miren con otra cara en la calle, es que se rían, es que no se quieran juntar con vos por tener más peso que el resto, como si fuera contagioso. Es que nos victimicen, y quieran defendernos como si nosotros no pudiéramos. Gordofobia es que en una vidriera diga “Talles especiales” cuando lo único especial que debería existir son las pizzas, no un talle. 

¿Alguna reflexión que quieras dejar?

El problema de muchas de las personas con sobrepeso es que no quieren estar donde están, pero tampoco saben precisar cuál es ese lugar, y no lo saben precisar porque cada vez que levantan la cabeza reciben un golpe en la nuca que los hace volver la mirada hacia el suelo. Ese es el lugar de la opresión, del desafecto, de la no aceptación. Es un lugar frío y oscuro donde se nos condena al exilio, a la soledad, donde recibimos trato de delincuentes. 

Descubrir que la gordofobia era real y llamarla por su nombre, poder decir abiertamente que se trataba de una forma de opresión fue el primer paso para poder mirar a nuestros cuerpos de manera diferente. Este descubrimiento fue tan importante para nosotrxs que nos alteró, transformó y nos descubrió un mundo repleto de posibilidades en el que por primera vez éramos lxs protagonistas; había llegado el momento de estar, de disfrutar, de mirarse y de dejar de vivir a pesar de nuestro cuerpo, pero sobretodo amarse y respetarse.


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«¿Quéres que tu hijo nazca? Entonces quédate piola»

Anael (24) es mamá de dos nenes uno de ellos fallecidos, se muestro orgullosa de su segundo hijo Valentín y recuerdo con nostalgia a su primerizo Benjamín, con quien sueña de vez en cuando y parece no alcanzar su corazón para acunar esa tristeza que a veces la agobia. Anael o Nani como la llaman todos los que la conocen cuenta que de su primer hijo Benjamín rompió bolsa antes de tiempo entonces fue al Nuevo Hospital San Antonio de Padua ya que no tenía mutual en ese momento, donde la internaron y los recuerdos que guarda de ese lugar no son los mejores. “Me revisaron y me dijeron que tenía que estar el máximo tiempo posible ahí para que el bebé aguantara, entonces yo rompí bolsa y tenía un apósito, pero yo me había internado a las doce y a las ocho de la noche tenía todas las sábanas mojadas y le pedí a la enfermera que por favor me las cambiara y me dijo que no, que iba a tener que esperar al otro día para que me las cambiaran” así comenzó contando el trato denigrante en el hospital público de la ciudad.

Continuo “en el hospital no me dejaron bañar, hacia pis en una chata y a veces tenía ganas de orinar y tenía que esperar a que una de las enfermeras se desocupara para que pudiera venir a ayudarme”.A la hora de tener su segundo hijo Anael por terror a pasar por lo mismo que en el primero se puso

 

a investigar cuales eran sus derechos y se encontró con dicha ley.

– ¿Vos sabias que existe la ley del parto respetado?

– Si lo sabía, lo sabía de antes de tener a Valentín.

– ¿Cómo fue tu segundo parto?

– A mi segundo hijo lo tuve en la Neoclinica, la anestesista apenas entro me dijo:¡que feo mira cómo te quedo la panza toda estriada eso no se te va más! y eso que era una mujer  y siguió ¿cuantos años tenes vos? y le conteste 21 y me dijo ¡Ay que hacías que no estabas estudiando y estas teniendo un bebé! ¿terminaste de estudiar por lo menos? Ahí deje de responderle.

Además yo tenía terror a la hora de la anestesia entonces cuando me metían la aguja me movía y la sacaba y la anestesista me dijo ¿vos querés que nazca tu hijo? ¡entonces quédate piola! y así me quedé. Pero sentí el corte y el pinchazo porque no esperaron que me hiciera efecto la anestesia. Relato Anael.

-¿Pudiste ver a tu bebé después de tenerlo?

– Si me permitieron ver a mi bebe y cuando me emocione vino una enfermera y me dijo no llores no llores.


«Me cosieron sin anestesia, a sangre fria»

Karina Massaccesi (33) es mamá de dos niños, Ignacio y Sofía. Karina fue víctima de violencia obstétrica sin saber que lo estaba siendo, desconociendo que existía una ley que la ampara ante esa situación. “Entre a la Neoclinica, con 3 de dilatación, me atendió la partera y me dijo que me tenía que volver porque, debía tener un poco más de dilatación, para tener a mi hija. Me volví a mi casa y a las dos horas, cuando llegué ya tenía 8 de dilatación, ese día hacia muchisimo calor, pleno verano, cuando yo entre me pasaron a la sala de preparto. En ningún momento llegó el anestesista. Cuando Sofi nació me desgarro y el anestesista no estaba, entonces el ginecólogo empezó a gritar, a llamar a las demás enfermeras, que trajeran gasas, me empezaron a poner zonda, gasas, me empezaron a coser, sin el anestesia a sangre fría. A todo esto el anestesista nunca llegó.

Los días después que me dieron el alta, fueron muy difíciles, no tenía posición y la única respuesta que recibí del personal de salud fue del médico que le dijo a mi marido que había sido un lindo parto pero se había complicado.

¿Sabías que existe la ley del parto respetado que te ampara ante situaciones como esas?

No, no tenía idea en ese momento.

Universidad Nacional de Rio Cuarto

Facultad de Cs Humana

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APOROFOBIA EN LAS REDES SOCIALES

En las redes sociales, también se da este tipo de violencia, con mayor intensidad y claridad. Las personas de ideologías diferentes pueden opinar sobre la misma información dada.


Algunos ejemplos que podemos ver la violencia con la que se expresan las personas, ante un hecho en donde lxs protagonistas son pobres.

En este caso, la noticia trata sobre un accidente que sufrieron dos jóvenes por viajar en el techo de un tren. 

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El anonimato da lugar a comentar lo que a cada unx le parece. Sin importar qué pensará o sentirá la otra persona. Dado que es difícil entablar una discusión por Twitter o por Facebook, los comentarios de odio y rechazo quedan rondado por allí con total impunidad .

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Carla Gambluch

Multimedia 2019

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